Las personas más felices son más saludables, pero ¿ser más feliz conduce a una mejor salud? Pues parece que sí, que salud y felicidad vienen de la mano. Eso dice una investigación que se suma al creciente cuerpo de evidencia científica de que la felicidad no solo no hace sentir bien -en términos emocionales-, sino que también es buena para nuestra salud física.
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¿La felicidad mejora la salud? Parece que sí
La buena salud y una perspectiva feliz de la vida pueden parecer objetivos igualmente dignos, aunque independientes a primera vista. Sin embargo, un creciente cuerpo de investigación refuerza el hecho de que una perspectiva feliz puede tener un impacto muy real en nuestro bienestar físico.
Una investigación publicada en la revista Psychological Science en julio de 2020 muestra que tanto las intervenciones psicológicas online como en persona, tácticas específicamente diseñadas para impulsar el bienestar subjetivo, tienen efectos positivos en la salud física autoinformada. Además, las intervenciones online y en persona fueron igualmente efectivas.
Según los investigadores, esta investigación es uno de los primeros ensayos controlados aleatorios que sugiere que aumentar el bienestar psicológico incluso de adultos generalmente sanos puede tener beneficios para su salud física. Y eso a pesar de que estudios anteriores ya han demostrado que las personas más felices tienden a tener una mejor salud cardiovascular y respuestas del sistema inmunológico que sus contrapartes menos felices.
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Salud y felicidad: así se desarrolló el estudio
En el transcurso de seis meses, investigadores de la Universidad de Virginia y la Universidad de Columbia Británica examinaron cómo la mejora del bienestar subjetivo de las personas que no fueron hospitalizadas o sometidas a otro tratamiento médico afectó su salud física.
Un grupo de 155 adultos entre las edades de 25 y 75 fueron asignados aleatoriamente a una condición de control de la lista de espera o una intervención psicológica positiva de 12 semanas que abordó tres fuentes diferentes de felicidad: el «Yo Central», el «Yo Experimental», «y el» Ser Social».
Las primeras tres semanas del programa se centraron en el Ser Central, ayudando a las personas a identificar sus valores, fortalezas y objetivos personales. Las siguientes 5 semanas se centraron en el Ser Experimental, cubriendo la regulación de las emociones y la atención plena. Esta fase también proporcionó a los participantes herramientas para identificar patrones de pensamiento desadaptativos. Las últimas 4 semanas del programa abordaron el Ser Social, técnicas de enseñanza para cultivar la gratitud, fomentar interacciones sociales positivas y relacionarse más con su comunidad.
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Programa ENHANCE: felicidad duradera y mejora personal continua
El programa, llamado Enduring Happiness and Continued Self-Enhancement, abreviado ENHANCE, (en español, felicidad duradera y mejora personal continua), consistía en módulos semanales dirigidos por un médico capacitado o completados individualmente mediante una plataforma en línea personalizada. Ninguno de los módulos se centró en promover la salud física o los comportamientos de salud, como el sueño, el ejercicio o la dieta.
Cada módulo presentó una lección de una hora de duración con información y ejercicios; una tarea de escritura semanal, como escribir un diario; y un componente conductual activo, como la meditación guiada.
Según explican los investigadores, todas las actividades fueron herramientas basadas en evidencia para aumentar el bienestar subjetivo.
Cuando el programa concluyó, los participantes recibieron evaluaciones individuales y recomendaciones sobre qué módulos serían más efectivos para mejorar su felicidad a largo plazo. Tres meses después de la conclusión del ensayo, los investigadores hicieron un seguimiento con los participantes para evaluar su bienestar y salud.
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Una perspectiva feliz favorece el bienestar físico
Los participantes que recibieron la intervención informaron niveles crecientes de bienestar subjetivo en el transcurso del programa de 12 semanas. También informaron menos días de enfermedad que los participantes de control durante todo el programa y 3 meses después de que finalizó.
El modo en línea de administrar el programa demostró ser tan efectivo como el modo en persona dirigido por facilitadores capacitados.
«Estos resultados hablan del potencial de que tales intervenciones se amplíen de manera que lleguen a más personas en entornos como los campus universitarios para ayudar a aumentar la felicidad y promover una mejor salud mental entre los estudiantes»; explican los investigadores.
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