A menudo parece que el ejercicio físico que tanto esfuerzo te supone no da muchos resultados. Si te está costando mantener tu rutina de ejercicio físico semanal, quizás los últimos hallazgos del equipo de investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Florida te van a alentar para continuar con el sacrificio. Se trata de la hormona Irisin.
Lo que han descubierto es que la actividad moderada de resistencia aeróbica, como salir a correr un rato, estimula la producción en el cuerpo de una hormona conocida como Irisin, que tiene propiedades claves para quemar grasa.
Hace ya un tiempo en 2012, un equipo de investigadores de la universidad de Medicina de Harvard planteó de forma innovadora sus hallazgos sobre el vínculo entre el ejercicio y la hormona Irisin en la revista Nature. De hecho, fue en ese momento cuando la hormona FNDC5 comenzó a conocerse como «Irisin». En esa época los investigadores formularon la hipótesis sobre sus cualidades como quema de grasa. Desde entonces varios estudios ha investigado la acción de esta hormona.
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Cómo funciona Irisin, la hormona del ejercicio que quema grasas
La hormona Irisin actúa como una hormona mensajera activando genes específicos dentro de tu organismo y la fabricación de una proteína que transforma células adiposas o grasas «malas» en células de grasa «buenas». Las células grasas blancas almacenan calorías, mientras que las células grasas marrones ayudan a quemar calorías, hasta después de haber dejado de hacer ejercicio. Irisin consigue que tu cuerpo se ponga en modo quemar grasa. Por otra parte mejora el metabolismo aumentando tu gasto energético con un impacto positivo en la resistencia a la insulina.
Y aún hay más beneficios. Irisin bloquea la formación de tejido graso en el futuro. En un entorno de laboratorio, los investigadores de la Universidad de Florida descubrieron algunos datos impresionantes: la producción de Irisin puede reducir la formación de células grasas entre un 20 y 60%. Eso supone que tu cuerpo puede establecer una barrera contra la formación de grasa en el futuro.
Lógicamente no todo es tan fácil, puesto que no todas las formas de ejercicio suponen la producción de Irisin. Lo que descubrieron es que la actividad física tiene que ser de naturaleza «moderada» y tiene que involucrar una actividad de «resistencia aeróbica». Así que, cualquier forma de ejercicio que no suba tu frecuencia cardíaca hasta ciertos niveles puede no ser tan efectiva. Es decir, que cualquier forma de ejercicio anaeróbico no funcionar sirve para activar la «hormona del ejercicio».
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¿Qué podemos hacer para activar esta hormona?
La mejor forma de aumentar los niveles de Irisin en tu cuerpo es mediante la realización de ejercicio físico. Sin embargo algunos tipos de entrenamiento son más efectivos que otros. Y luego, por supuesto, hay una forma de producir Irisin que no implica ningún ejercicio.
Aquí hay tres formas científicamente comprobadas para obtener más Irisin en tu cuerpo:
Ejercicio de alta intensidad. En 2014, un estudio publicado en el Tohoku Journal of Experimental Medicine reveló que el ejercicio de alta intensidad aumenta los niveles de Irisin, más que el ejercicio de baja intensidad. Ejemplos de ejercicio de alta intensidad por ejemplo correr, entrenamiento de intervalos de alta intensidad y el ciclismo.
Dieta alta en grasas saludables. Parece una contradicción pero lo cierto es que los investigadores comprobaron que las ratas alimentadas con una dieta alta en grasas que nadaban diariamente perdían peso. ¿Por qué? Los investigadores sospechan que se debe a la irisina.
Incluso si no te gusta sudar o nadar, aún puedes incentivar a tu cuerpo a producir más Irisin. Todo lo que tienes que hacer es estremecerte. En 2014, los investigadores descubrieron que las personas expuestas a temperaturas frías experimentaban un aumento en la irisina que rivalizaba con aquellos que hacían ejercicio.
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Victoria Idoipe
Redactora de contenidos freelance certificada (en inglés y español) con más de una década de experiencia. Especializada en redacción de contenidos legales y de finanzas.
