La enfermedad del hígado graso no alcohólico (EHGNA) es el trastorno hepático más común en todo el mundo y afecta a una cuarta parte de la humanidad. ¿Sabías que hacer ejercicio también te ayuda a tener un hígado sano, incluso en caso de enfermedades como la EHGNA?
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Ejercicio para tener un hígado sano
La enfermedad del hígado graso no alcohólico se caracteriza por la acumulación de grasa en las células hepáticas y puede progresar a inflamación, cirrosis e insuficiencia hepática. Un grupo de investigadores de la Universidad de Tsukuba revelan los efectos positivos del ejercicio en el hígado, más allá del beneficio esperado para la pérdida de peso. El estudio ha sido publicado a mediados de abril de 2021 en la revista JHEP Reports.
Los investigadores han demostrado que un régimen de ejercicio reduce la esteatosis hepática y la rigidez en pacientes con enfermedad del hígado graso no alcohólico. Estas ganancias en la salud hepática están mediadas por la modificación de la interferencia entre órganos, las alteraciones de las organocinas circulatorias y la reducción de la inflamación y el estrés oxidativo. Puesto que estos beneficios no están relacionados con la pérdida de peso, todos los regímenes terapéuticos deben integrar el ejercicio regular y los pacientes deben permanecer diligentes y cumpliendo independientemente de los cambios de peso corporal.
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Perder peso es importante para luchar contra el hígado graso
La reducción de peso es fundamental para el manejo de enfermedad del hígado graso no alcohólico (EHGNA). Hasta ahora, el ejercicio se consideraba un complemento de las restricciones dietéticas para perder peso, pero los otros beneficios, como la reducción de la esteatosis hepática (cambio graso) y la rigidez, se están reconociendo cada vez más. Sin embargo, los mecanismos subyacentes siguen sin estar claros.
Los investigadores encontraron que el ejercicio conservaba mejor la masa muscular aunque con una modesta disminución de la masa corporal y grasa. Sorprendentemente, la elastografía por ultrasonido reveló que el régimen de ejercicio redujo la esteatosis hepática en un 9,5% adicional, la rigidez del hígado en un 6,8% adicional y la puntuación FibroScan-AST (una medida de la fibrosis hepática) en un 16,4% adicional sobre el régimen de pérdida de peso.
Además, el régimen de ejercicio alteró las concentraciones circulantes de organocinas específicas y aparentemente indujo respuestas de estrés antiinflamatorio y antioxidante a través de la activación del Nrf2 (factor 2 relacionado con el factor nuclear E2), un sensor de estrés oxidativo. También mejoró la capacidad fagocítica de las células de Kupffer, las cuales ayudan a mantener la función hepática.
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Consejos para un hígado sano
Cuidar el hígado es fundamental para tener una buena salud. Aunque no lo veas o no lo sientas directamente, el hígado sufre si no lo cuidas. Ahí van algunos consejos que te ayudarán a cuidarlo.
Hacer ejercicio con regularidad y tener un estilo de vida activo
El ejercicio regular es clave para un hígado sano. El ejercicio reduce el estrés en el hígado, aumenta los niveles de energía y ayuda a prevenir la obesidad, un factor de riesgo de enfermedad hepática.
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Limite el consumo de alcohol y bebe con moderación
El hígado solo puede procesar o descomponer una pequeña cantidad de alcohol cada hora. Más allá de esto, se pueden dañar las células del hígado y provocar inflamación y cicatrización (cirrosis).
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Reduce la cantidad de grasas saturadas y elimina las grasas trans y grasas hidrogenadas en tu dieta
Las grasas saturadas se encuentran en alimentos fritos, carnes rojas y productos lácteos. Las grasas trans e hidrogenadas se encuentran en los alimentos procesados. El hígado almacena el exceso de grasa en la dieta y la acumulación de grasa puede eventualmente provocar la enfermedad del hígado graso.
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Cuida tu peso corporal
La obesidad, en particular, la obesidad abdominal o central, es un factor de riesgo importante para desarrollar la enfermedad del hígado graso. Junto con una dieta equilibrada y ejercicio regular, se puede lograr y mantener un peso saludable.
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Ten cuidado con la medicina y los remedios tradicionales
Algunos remedios tradicionales y/o naturales contienen metales pesados o toxinas desconocidas. Pueden ocasionar toxicidad hepática o pueden estresar y afectar el funcionamiento regular de su hígado.
La suplementación excesiva puede causar inflamación del hígado y puede provocar daño hepático irreversible o incluso insuficiencia.
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Ten cuidado con las pastillas para adelgazar o las dietas de moda
Las píldoras y otros productos para bajar de peso pueden contener toxinas e ingredientes que pueden ser dañinos para el hígado. Las dietas de moda que hacen que tu peso suba y baje de manera agresiva ejercen un estrés excesivo sobre el hígado. Por lo tanto, ten cuidado con cualquier dieta que prometa una gran pérdida de peso en un período poco realista. Estas dietas generalmente carecen de nutrientes esenciales y no son beneficiosas sino perjudiciales para el hígado.
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Ten cuidado si tiene diabetes, hipertensión y/o colesterol alto
La diabetes, la presión arterial alta y el colesterol alto forman un síndrome metabólico con obesidad, que presenta importantes riesgos de enfermedad del hígado graso.
Mantener la diabetes, la presión arterial alta y el colesterol alto bajo control con dieta, ejercicio y/o medicamentos (recetados por un especialista) puede ayudar a limitar y prevenir el daño hepático.
Sin embargo, algunos medicamentos contra el colesterol pueden ocasionalmente tener efectos secundarios que provoquen problemas hepáticos. Además, algunos medicamentos pueden dañar el hígado si bebes alcohol cuando los tomas, o si toma muchos medicamentos en combinación.
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Deja de fumar
Hay algunos estudios que relacionan el tabaquismo con el desarrollo de cáncer de hígado. Fumar también puede aumentar los efectos tóxicos que algunos medicamentos (como el paracetamol) tienen en el hígado.
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