¿Volveremos a la normalidad cuando pase la Covid-19? ¿El coronavirus cambiará nuestro estilo de vida? Todo apunta que sí, afectará a nuestro estilo de vida (y a muchos otros aspectos).
El brote del nuevo coronavirus, y la enfermedad que causa, la Covid-19 , continúa evolucionando a un ritmo rápido. Con el número cada vez mayor de casos en todo el mundo, las advertencias para prepararse, la confusión sobre las pruebas y el cierre de centros educativos y negocios, no es de extrañar que nos preguntemos cómo afectará todo esto a nuestro estilo de vida a corto y medio plazo.
Lo que está claro es que no podremos volver a la normalidad, al menos por un tiempo. Aunque también hay voces que predicen cambios permanentes, en parte debido a la necesaria reorganización que hay que hacer para salir de esta. Porque la crisis sanitaria deja paso a una crisis económica mundial que, por otra parte, ya se veía venir antes del Covid-19.
El coronavirus cambiará nuestro estilo de vida
Como ejemplo de todo lo que se está bajarando sobre lo que se nos viene encima, el MIT de los Estados Unidos ofrece unas pautas sobre cómo serán los próximos meses respecto a nuestro estilo de vida; por lo menos hasta que se logre la vacuna. Las vemos y las comentamos brevemente.
Olvídate de que todo volverá a la normalidad
Eso ya no va a pasar. El coronavirus cambiará nuestro estilo de vida al menos hasta que no se concrete la vacuna, por lo que la vida, tal y como la conocemos, en lo laboral, social, etc, no será lo mismo. Tenemos que aceptar esto.
La vacuna tardará un tiempo
En estos momentos son varios los países que están buscando la vacuna del coronavirus. Esto hará que su descubrimiento sea más rápido. El MIT estima que la vacuna podría estar lista para finales del 2021.
Pero tenemos que estar agradecidos. Hay que tener en cuenta que el descubrimiento de una vacuna puede tardar hasta diez año. Los científicos pudieron descubrir en su tiempo la vacuna para el SARS , pero dejaron las investigaciones porque dejó de ser peligrosa y ya no había ni incentivo económico ni presión social para hacerlo.
El confinamiento pasará a ser un estilo de vida
Tendremos que asumir la cuarentena como un estilo de vida. Lo que se prevé es que a partir de ahora, las sociedades tengan que intercalar periodos de cuarentena; es decir, de cada tres meses, dos deben ser de cuarentena. Esto se debe a que el contagio del virus continúa y siempre están latentes las temidas «segundas olas». Así que viviremos periodos de cuarentena constantes.
Como ejemplo tenemos el caso de Singapur, que había detenido sus casos de contagios, levantó la cuarentena poco después volvió a presentar 200 casos y un muerto por coronavirus. Otro ejemplo es el de China, que permitió la reapertura de cines y auditorios grandes y tuvo que dar orden una semana después de volver a cerrarlos. Los contagios van a continuar.
Habrá que limitar la concentración de personas
Ligado a lo anterior, la concentración de personas debe limitarse. Por ello, cada lugar o comercio deberá reducir su capacidad de aforo, desde el MIT apuntan hasta en un 75%. Es decir, funcionar con un 25% de aforo. Esto puede incluir negocios o empresas, e incluso movimientos sociales: marchas, protestas, etc.
Controles especiales si se reabren fronteras
Los países que decidan reabrir sus fronteras y vuelos aéreos deberán instaurar controles estrictos en aeropuertos y carreteras. Ya sea con el uso de termómetros, con aplicaciones o con escáneres que revelen el movimiento migratorio de las personas. Esto podía llevar a medidas altamente discriminatorias.
Veamos un ejemplo. China obligó a su población a descargar una app que monitoreaba cada uno de los movimientos de sus habitantes para saber en qué lugares del país habían estado y si eran una persona que podía haber sido contagiada. Además, muchos países proponen el control de las personas a través de sus teléfonos móviles.
El distanciamiento social ha llegado para quedarse
El distanciamiento social debe continuar y las costumbres sociales, desde los saludos hasta realizar reuniones familiares, fiestas y demás, también.
Veamos el caso de Japón. Una de las razones que explican el porqué el coronavirus no ha sido tan letal en Japón es por el distanciamiento social propio de su cultura. Pero no solo por el saludo que evita el contacto físico, sino por el ritmo de vida que llevan, ya que no salen mucho a reuniones sociales o fiestas. Además, el trabajador promedio japonés tiene una rutina de trabajo-casa que evita su exposición continua.
Retorno al trabajo de forma escalonada
Retornar al trabajo no debe darse de forma masiva. Los gobiernos deberán priorizar qué ramas y actividades de la sociedad pueden volver a su actividad laboral y trabajar de forma «normal» en la medida de las posibilidades. Y sobre todo qué grupos pueden estar más expuestos. En este caso, podría comenzarse con los niños y jóvenes.
Por otra parte, está el tema de las personas que han sido infectadas por el Coronavirus y se han salvado. Estás personas ya cuentan con inmunidad y si no tienen otras complicaciones, pueden hacer su vida sin preocuparse de volver a contraer el virus. Aunque todavía se está investigando si éste puede volver a contagiar a una persona, los casos de «recontagio» son excepcionales.
Nueva forma de enfocar la educación
Los gobiernos y los padres deben prepararse para educar a sus hijos en los hogares por cierres imprevistos de las escuelas. Y para una nueva forma de convivencia dentro de las escuelas.
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