A diario tenemos que tomar decisiones constantemente. Y no siempre es fácil. A veces, elegir correctamente es vital en nuestro trabajo o en nuestra vida. ¿Sabías que la actividad física te puede ayudar a que tus elecciones sean más acertadas? En este artículo te contamos cómo hacer ejercicio y la toma de decisiones se relacionan y por qué la actividad física influye en tu capacidad para elegir de forma correcta, según tus intereses y/o necesidades.
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El vínculo entre ejercicio y salud mental y su relación con la toma de decisiones
El ejercicio físico ha demostrado tener efectos positivos no solo en nuestra condición física, sino también en nuestra salud mental. En este sentido, varias investigaciones han mostrado que la actividad física regular puede mejorar significativamente la función cerebral, incluyendo aspectos como la memoria, la velocidad de procesamiento y, lo que es más importante para el tema que nos ocupa, la toma de decisiones.
Sí, a nadie se le escapa que cuando estamos estresados tenemos más posibilidades de equivocarnos al tomar una decisión. Aquí, la relación entre ejercicio y toma de decisiones se puede ver claramente, en la medida en la que el ejercicio te ayuda a gestionar el estrés.
Los beneficios del ejercicio para la salud mental son múltiples y significativos. Además de mejorar la salud cardiovascular y aumentar la resistencia física, el ejercicio tiene un poderoso impacto en nuestra salud mental, contribuyendo a un bienestar emocional equilibrado. Al promover una mente saludable, el ejercicio se convierte en una herramienta esencial para nuestro bienestar integral.
De hecho, como ya hemos comentado, uno de los efectos más notables del ejercicio en la salud mental es su capacidad para reducir el estrés. El estrés crónico puede tener efectos negativos en el cerebro y aumentar el riesgo de padecer trastornos mentales como la ansiedad y la depresión. La actividad física ayuda a contrarrestar estos efectos, en parte, a través de la liberación de endorfinas, conocidas como las «hormonas de la felicidad», que reducen el estrés y la ansiedad.
Además, el ejercicio regular puede aliviar la tensión muscular, a menudo una manifestación física del estrés, y mejorar significativamente la calidad del sueño. Respecto a esto, varios estudios han encontrado que el ejercicio promueve un sueño más profundo y reparador, lo que es clave para el bienestar mental.
Por último, cabe destacar que la neuroplasticidad, o la capacidad del cerebro para adaptarse y cambiar a lo largo de la vida, también se ve estimulada por el ejercicio regular. El aumento del flujo sanguíneo cerebral durante la actividad física promueve la formación de nuevas conexiones neuronales y el crecimiento de las existentes. Esto es fundamental para el aprendizaje y la memoria, entre otros.
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Ejercicio para mejorar la concentración y la atención
El ejercicio juega un papel clave en la mejora de la concentración y la atención. En este sentido, un estudio realizado por la Universidad de Jaén y publicado en la revista Research in Developmental Disabilities, destacó que el ejercicio incrementa la atención. Los resultados mostraron que individuos que realizaban ejercicio durante unos 20-30 minutos a una intensidad moderada mostraban mejores niveles de concentración. Los investigadores señalaron que esto se debe a la activación del «factor neurotrófico», una proteína que favorece la supervivencia de las neuronas y estimula el crecimiento del hipocampo, incrementando la liberación de dopamina, un neurotransmisor clave para la conexión entre células cerebrales.
Este descubrimiento es particularmente relevante para estudiantes con Trastorno de Déficit de Atención (TDAH), ya que el ejercicio puede mejorar sus niveles de concentración.
Además, el ejercicio aumenta el flujo de sangre y oxígeno al cerebro, lo que mejora la función cognitiva y el rendimiento mental en general. Un estudio publicado en la revista Neuroscience reveló que el ejercicio puede aumentar el volumen de la materia gris en el cerebro, asociado con la mejora de la memoria y el rendimiento mental.
El ejercicio también incrementa la producción de dopamina, fortaleciendo la atención y la motivación. Según un estudio en la revista Psychological Bulletin, el ejercicio aeróbico regular mejora la función ejecutiva, incluyendo habilidades como la atención selectiva, la memoria de trabajo y la flexibilidad cognitiva.
Finalmente, incluso períodos breves de ejercicio pueden mejorar la concentración y la memoria. Un estudio en la revista Applied Physiology, Nutrition and Metabolism encontró que solo 30 minutos de ejercicio moderado aumentaron la atención y la memoria a corto plazo en adultos jóvenes.
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Reducción del estrés y la ansiedad a través del ejercicio
A estas alturas ya está claro que el ejercicio es una herramienta poderosa para aliviar el estrés, ya que cualquier forma de actividad física puede aumentar los niveles de endorfinas, neurotransmisores que generan sensaciones de bienestar y ayudan a distraernos de las preocupaciones cotidianas. Esta producción de endorfinas se manifiesta especialmente durante la práctica de actividades aeróbicas como correr, jugar al tenis o caminar, aportando una notable sensación de satisfacción y bienestar.
Además, el ejercicio también reduce los efectos negativos del estrés. Al imitar ciertos efectos del estrés, como la reacción de alarma, el ejercicio prepara al cuerpo y a sus sistemas para trabajar juntos ante estos desafíos, teniendo un impacto positivo en sistemas como el cardiovascular, digestivo e inmunitario, y protegiendo así contra los efectos dañinos del estrés.
Otra faceta interesante del ejercicio es su capacidad para funcionar como una meditación en movimiento. Actividades como el ráquetbol, caminatas, carreras o natación pueden facilitar el olvido de las irritaciones del día y la concentración en los movimientos del cuerpo.
Por último, el ejercicio regular no solo ayuda a relajarse y disminuir los síntomas de depresión leve y ansiedad, sino que también mejora el estado de ánimo y la confianza en uno mismo. Asimismo, favorece un sueño más reparador, a menudo interrumpido por el estrés, la depresión y la ansiedad.
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Ejercicio y toma de decisiones: un beneficio más
Hemos visto que el ejercicio, entre sus muchos beneficios, nos ayuda a tener una mente más clara y, por lo tanto, a tomas decisiones más acertadas. Al integrar la actividad física en nuestra rutina diaria, no solo cuidamos nuestro cuerpo, sino que también afinamos nuestra capacidad para tomar decisiones inteligentes y oportunas. Este enfoque holístico hacia el ejercicio nos permite reconocer su influencia en la salud mental, concentración y habilidades cognitivas.
Por lo tanto, más que una actividad física, el ejercicio es una práctica de autocuidado integral, que mejora nuestra calidad de vida en todos los aspectos.
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Eva María Rodríguez
Redactora web y creadora de contenidos digitales especializada en seguros y finanzas, así como en deporte y vida saludable. Colabora con PuntoSeguro desde 2014.
