Mucha gente pone como excusa para no hacer ejercicio la falta de energía. Pero ¿sabías que hacer ejercicio aumenta la eficiencia de la producción de energía muscular? Es decir, por paradójico que pueda parecer a simple vista, hacer ejercicio te ayuda a tener más energía. Esto se traduce en mayor eficiencia en los movimientos a lo largo de todo el día.
⇒Lee esto también: Si no pierdes peso a pesar del ejercicio, estos pueden ser los motivos
Hacer ejercicio te ayuda a tener más energía
El ejercicio suministra oxígeno y nutrientes a los tejidos. Esto ayuda al sistema cardiovascular a funcionar de manera más eficiente. Y cuando mejora la salud cardíaca y pulmonar también hay más energía disponible para hacer las tareas diarias». Fuente: clínica Mayo
Por otra parte, el ejercicio disminuye la glucosa en la sangre de varias maneras. Según la, el ejercicio aumenta la sensibilidad a la insulina. Esto hacer que las células puedan aprovechar más cualquier insulina disponible para usar glucosa mientras se realiza la actividad física, y también después. Por otra parte, cuando los músculos se contraen durante la actividad, otro mecanismo permite que las células tomen glucosa y la utilicen como fuente de energía. Esto es así tanto si hay insulina disponible como si no. Fuente: American Diabetes Asociation
⇒También podría interesarte: ¿Podrían las bebidas rosas aumentar el rendimiento deportivo?
El ejercicio aumenta la eficiencia de la producción de energía muscular
Un estudio realizado por investigadores de la Facultad de Ciencias Médicas y de la Salud de la Universidad de Copenhague explica cómo funciona esto. En concreto, la investigación muestra cómo la proteómica (el estudio a gran escala de las proteínas) revela cómo el ejercicio aumenta la eficiencia de la producción de energía muscular.
Al aplicar la espectrometría de masas, los científicos han proporcionado algunos de los datos más detallados sobre cómo las proteínas mitocondriales se agrupan en supercomplejos, un proceso que hace que las mitocondrias sean más eficientes en la producción de energía.
Las mitocondrias son las plantas de energía de la célula y producen la mayoría de las necesidades energéticas de una célula a través de un proceso electroquímico llamado cadena de transporte de electrones acoplado a otro proceso conocido como fosforilación oxidativa. Varias proteínas diferentes en las mitocondrias facilitan estos procesos. Sin embargo, hasta ahora no se comprendía completamente cómo se organizan estas proteínas dentro de las mitocondrias y los factores que pueden influir en su disposición.
Ahora, este grupo de científicos de la Universidad de Copenhague, utilizando tecnología proteómica de vanguardia, han arrojado nuevos datos sobre cómo las proteínas mitocondriales se reúnen en los complejos de la cadena de transporte de electrones y en los llamados supercomplejos. La investigación, que se publica en Cell Reports, también examinó cómo este proceso se ve influenciado por el entrenamiento físico.
«Este estudio ha permitido una cuantificación completa de las proteínas de la cadena de transporte de electrones dentro de los supercomplejos y cómo responden al entrenamiento físico. Estos datos tienen implicaciones sobre cómo el ejercicio mejora la eficiencia de la producción de energía en los músculos», dicen los investigadores.
⇒Lee esto también: Entrenamiento de intervalos para corredores: un enfoque innovador para mejorar el rendimiento
El estudio
Para comprender mejor la formación de supercomplejos, particularmente en respuesta al ejercicio, el equipo de científicos estudió dos grupos de ratones. Un grupo estaba activo y se le dio una rueda de ejercicio durante 25 días, y el segundo grupo era sedentario y no se le proporcionó la rueda de ejercicio. Después de 25 días, midieron las proteínas mitocondriales en el músculo esquelético de ambos grupos para ver cómo los supercomplejos habían cambiado con el tiempo.
Cuando los científicos normalmente analizan cómo se forman los supercomplejos, utilizan anticuerpos para medir una o dos proteínas por complejo de cadena de transporte de electrones. Pero como puede haber hasta 44 proteínas en un complejo, este método requiere mucho tiempo y proporciona información limitada sobre lo que sucede con el resto de las proteínas en cada complejo.
Para generar datos mucho más detallados, el equipo aplicó una tecnología proteómica llamada espectrometría de masas para medir las proteínas mitocondriales. Al aplicar proteómica en lugar de anticuerpos, los científicos pudieron medir casi todas las proteínas de cada complejo. Esto proporcionó detalles sin precedentes de los supercomplejos mitocondriales en el músculo esquelético y cómo el entrenamiento físico influye en su formación. Su enfoque demostró que no todas las proteínas de cada complejo o supercomplejo responden al ejercicio de la misma manera.
«Se sabe que el contenido de proteínas mitocondriales aumenta con el ejercicio, por lo que comprender cómo estas proteínas se ensamblan en supercomplejos es crucial para descifrar cómo funcionan. Nuestra investigación representa un recurso valioso y precioso para la comunidad científica, especialmente para aquellos que estudian cómo se organizan las proteínas mitocondriales para ser mejores en lo que hacen mejor: producir energía bajo demanda”, explican.
⇒Lee esto también: PuntoSeguro Fit: La app de seguros de vida que recompensa tu ejercicio
Descubre PuntoSeguro Fit
¿Necesitas un empujón más para hacer ejercicio? Desde PuntoSeguro queremos ayudarte a tener una vida más saludable. Contratando tu seguro de vida con PuntoSeguro tienes acceso gratuito a la app PuntoSeguro Fit.
Además de tener controlada tu actividad física diaria, y contribuir a causas sociales, podrás obtener un descuento de hasta 120 € en cada renovación.
Otros artículos de interés
Otros artículos de interés
- ¿Sabías que dar más pasos a lo largo al día podría prolongar la vida?
- Así es cómo el ejercicio te ayuda a tener un propósito de vida
- Qué es el ejercicio aeróbico y cómo beneficia tu salud
- Hacer ejercicio para tener un hígado sano
- Un abdomen abultado aumenta el riesgo de enfermedad cardíaca aunque el IMC no indique obesidad