¿Cómo debo empezar a entrenar: con cardio o con fuerza? Esta es una pregunta habitual que no tiene una única respuesta. Todo depende de cuáles sean los objetivos del entrenamiento. En este artículo hablamos sobre ello.
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¿Empezar con cardio o con fuerza? Todo dependerá de lo que se busque
Hay un gran debate entre los expertos, los entrenadores y los médicos deportivos; y no existe una respuesta concreta. Para poder saberlo hay que tener claro desde un principio cuál es el objetivo del entrenamiento y el tiempo establecido para entrenar.
Por lo tanto, la respuesta correcta, en sí, es que todo dependerá de para qué se está ejercitando o entrenando.
Existen tres aspectos principales que los especialistas en deporte puntualizan como indispensables para tomar esa decisión:
- El fondo, que se adquiere con resistencia (corriendo, en bicicleta o sencillamente caminando).
- La fuerza, también denominado tono muscular, que se consigue con trabajo fuerte alzando peso.
- La flexibilidad, que se obtiene de múltiples formas, como la práctica del yoga, la calistenia, el método Pilates, etc.
Son estos tres factores los que se deben tomar en consideración por todos aquellos que quieran ejercitarse, obtener una buena condición física y preservar una vida saludable.
Ahora es cuando surge la gran pregunta: ¿Es necesario mezclar fuerza con cardio en el mismo de entrenamiento?
Lo ideal es que si se dispone del tiempo suficiente, lo mejor es trabajar unos días fuerza y otros, cardio. Así se aprovecha mejor cada sesión y se obtienen mejores resultados.
Empezar de manera ambivalente el entrenamiento diario alternando cardio y fuerza es una opción válida para sentirse bien; pero si se hace el entrenamiento por una razón específica es necesario puntualizar.
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Cuando el objetivo es perder peso
Si lo que se busca es adelgazar se recomienda iniciar el entrenamiento con ejercicios de fuerza antes de salir a trotar para quemar primero la energía proveniente de los carbohidratos. Al hacer cardio lo que se busca es obligar al cuerpo a gastar la energía que proviene de la grasa y no la de los carbohidratos.
Esta estrategia tiene sus riesgos, ya que no se puede hacer una carrera de resistencia de gran intensidad sin carbohidratos. Es cierto que consume un porcentaje de grasa mucho más elevado, pero se queman muy pocas calorías.
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Cuando el objetivo es conseguir fuerza y mayor masa muscular
Si lo que se desea es conseguir más volumen de masa muscular es necesario iniciar el entrenamiento con la sesión de fuerza antes que hacer cardio.
Y la razón es muy sencilla: es contraproducente entrenar para aumentar masa muscular cuando los músculos ya están fatigados, pues no alcanzaríamos la intensidad necesaria.
No olvidemos que para aumentar la masa muscular y elevar la fuerza se necesita levantar mucho peso, por lo tanto el riesgo a lesionarse se incrementa. Los músculos cansados repercuten de forma negativa en cualquier rutina de entrenamiento.
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Cuando el objetivo es incrementar la resistencia
Si lo que se busca es mejorar la resistencia, lo recomendable es comenzar con cardio antes del entrenamiento de fuerza. El plan efectivo necesita que los músculos estén relajados antes de las sesiones de ejercicio cardiovascular.
Tener los músculos cansados antes de salir a correr impacta de forma negativa en la dinámica del movimiento y en la manera de correr. Esto puede provocar tensiones y lesiones a causa de un uso excesivo de las articulaciones y músculos adyacentes.
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Cuando el objetivo es mejorar la salud y apariencia física
Cuando la meta es sencillamente sentirse bien y mejorar la apariencia física, se puede iniciar con cardio o con el entrenamiento de fuerza indistintamente. Combinar puede ser una buena opción para obtener los mejores beneficio de uno y otro sistema.
Pero aun así es recomendable definir una rutina específica para cada sesión y así sacarle el máximo provecho al entrenamiento.
Escoger la rutina que mejor se adapte al ejercitar redundará en una mejor condición física y se evitarán lesiones.
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