Un seguro de accidentes ofrece al tomador del mismo la tranquilidad de que, ante una emergencia, y siempre que se cumpla con lo estipulado por ley, tanto él como su familia quedará protegido gracias a la prestación de una indemnización pactada en la póliza acordada.
Un suceso de este tipo no es algo imprevisible, ya que las estadísticas señalan que en 2022 se produjeron 653.510 accidentes de trabajo con baja en España. La mayoría de ellos, más de 570.000 ocurrieron durante la jornada laboral, pero los restantes 82.000 tuvieron lugar in itínere, es decir, desde el trayecto del domicilio al centro de trabajo o viceversa.
De todos estos accidentes, el 94% lo sufrió la población trabajadora asalariada. Solo un 6% corresponde a trabajadores por cuenta propia. En cualquier caso, incluso los trabajadores asalariados pueden recurrir a seguros de accidentes que complementan su garantía de atención y cobertura ante un suceso de este tipo.
Coberturas básicas: médica y de hospitalización
La persona que contrata un seguro de accidentes está cubierta en caso de muerte por accidente e invalidez permanente y total. En estas coberturas se incluyen también los gastos sanitarios que necesite para recuperarse del accidente y las repercusiones económicas que deriven del mismo.
Asimismo, el tomador puede estar seguro en cuanto a asumir gastos de hospitalización, siempre y cuando se adecúen a los límites y condiciones marcados en la póliza. Por tanto, es responsabilidad de quien contrata el seguro conocer hasta dónde llega su nivel de protección en asuntos vinculados a las visitas médicas y la hospitalización.
Coberturas específicas: cirugías y procedimientos
En un segundo radio de actuación aparecen otras coberturas también importantes, como son la atención ante posibles cirugías y procedimientos médicos que se escapen de tratamientos básicos.
Aquí conviene dedicar especial atención a procesos de rehabilitación y terapias posteriores al accidente, sobre todo a aquellas que impliquen la actuación de personal médico especializado. No todos los seguros de accidente incluyen esta posibilidad, luego hay que poner bien el foco en estos temas.
Cobertura de medicamentos
Vinculado al punto anterior está el asunto de los medicamentos. Los seguros de accidentes que cuentan con cobertura de medicamentos recetados proporcionan mucha tranquilidad a los tomadores, ya que en ocasiones estos fármacos pueden resultar muy costosos incluso cuando están cubiertos por la Seguridad Social.
Además, hay tratamientos médicos especializados que quedan fuera de la cartera de servicios públicos, como por ejemplo la Necesidad de algún tipo de material ortopédico, como férulas o sillas de ruedas. En esos casos las demandas de las personas necesitadas superan con amplitud la oferta y la cobertura que presta la Seguridad Social.
Cobertura para atención a largo plazo
Otro aspecto interesante de los seguros de accidente es que ofrecen seguridad a largo plazo para el tomador y para su familia. En caso de que este fallezca, la familia recibirá una indemnización acorde a lo estipulado en la póliza.
Pero el gran obstáculo no llega con el fallecimiento, sino con la imposibilidad de poder volver a una vida normal. En estas situaciones, la incapacidad permanente queda cubierta y hay casos en los que esta ayuda se presta en forma de asistencia domiciliaria. Es importante revisar bien el seguro e interesarse por opciones que incorporen esta opción, pues es sinónimo de mejora en la calidad de vida.
Coberturas adicionales: gastos de traslado y alojamiento
Un último grupo de ayudas en caso de accidente que deben estudiarse bien con los seguros son los gastos de traslado y el alojamiento en caso de necesitar tratamiento fuera de la ciudad o el país de residencia.
Como en los anteriores puntos, aquí resulta clave ver hasta dónde llega esa cobertura, cuál es el radio de actuación del seguro y comprobar que la persona que sufre el accidente va a tener derecho a estas prestaciones. Por otra parte, más allá de la asistencia durante el accidente y el tratamiento, a veces la ayuda sigue siendo necesaria pasado este episodio traumático, lo que lleva a algunas aseguradoras a ofrecer atención psicológica para atender posibles problemas de salud mental.
En esencia, las coberturas de un seguro de accidente cubren la asistencia médica, la hospitalización, los traslados, los tratamientos a seguir, el alojamiento en lugares fuera del domicilio de residencia habitual y hasta la atención psicológica. Parece claro que cuanto más completo sea un seguro, más tranquilidad recibe el tomador y su familia.
La conclusión final parece clara, hay que buscar la fórmula que mejor se adapte a las posibilidades económicas de cada persona, con seguros para accidentes lo más extensos posibles y que estén ajustados a las necesidades personales. En esta tarea siempre es bienvenida la ayuda de un experto en la materia, profesionales con años de experiencia en la industria que constantemente aconsejan a los tomadores revisar sus pólizas para garantizar su vigencia y adecuarlas a las necesidades cambiantes en cada etapa de su vida.
Agencias
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