El atracón de comida compulsivo está estrechamente relacionado con la obesidad y, con ello, con todos los problemas que implica para la salud. Los atracones establecen un círculo vicioso de hábitos poco saludables relacionados con la dieta que pasan factura. Sin embargo, ¿cuál es el mecanismo detrás de los atracones de comida compulsivos? Un estudio realizado en ratones podría acercarnos a la respuesta.
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Obesidad, una epidemia global
La obesidad es una epidemia global que las organizaciones de salud de todo el mundo luchan por controlar. Y lo pone más fácil el hecho de que muchos países desarrollados proporcionen, con frecuencia, un contexto perfecto para los hábitos dañinos, como los atracones.
Dichos contextos han sido denominados por los investigadores como «entornos obesogénicos». Se definen como la suma de las influencias que tienen los entornos, las oportunidades o las condiciones de vida para promover la obesidad en individuos o poblaciones.
Para comprender mejor cómo los ambientes obesogénicos pueden llevar a atracones y promover la obesidad, Mara Dierssen, del Centro de Regulación Genómica, y Rafael Maldonado, de la Universidad Pompeu Fabra, ambos en Barcelona, decidieron simular ese ambiente en el laboratorio trabajando con ratones.
Los resultados han sido publicados como dos artículos complementarios en la revista Addiction Biology.
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Así es como los entornos conducen a la adicción
Dierssen y Maldonado, junto con colegas de ambas instituciones, crearon un ambiente obesogénico para los roedores al ofrecerles diferentes opciones de alimentación.
A los animales se les dio el alimento regular que normalmente comerían en una dieta balanceada; así como una mezcla de piezas de chocolate a partir de barras de chocolate disponibles comercialmente. También se les dio la opción de una alimentación alta en grasa, estilo «cafetería».
Curiosamente, una vez que se les ofreció una alternativa de alimentación abundante, pero insalubre, no pasó mucho tiempo para que los ratones comenzaran con los atracones, presentaran conductas adictivas y aumentaran de peso.
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Los ratones se atiborraron compulsivamente con la mezcla dulce.
Resultó muy revelador lo que ocurrió cuando los investigadores les dieron a los animales acceso al chocolate por solo 1 hora por día. Lo que resultó es que los ratones se atiborraron compulsivamente con la mezcla dulce.
En resumen, acabaron consumiendo la mayor cantidad de chocolate en solo 1 hora, ya que de lo contrario habrían comido durante todo un día, si se hubiera ofrecido regularmente.
Al igual que las personas que muestran signos de adicción, los ratones preferirían esperar a que les dieran el chocolate antes que comer el alimento regular que tenían constantemente a su disposición.
Pero el chocolate, que no ofrecía a los ratones los nutrientes que necesitaban, no disminuía de manera efectiva su sensación de hambre. Además, los ratones que comieron chocolate o una dieta alta en grasas mostraron un cambio distintivo en su rutina diaria de alimentación.
A pesar del hecho de que los ratones normalmente prefieren comer por la noche, estos roedores comenzaron a comer de manera preferencial durante el día. También eligieron patrones de alimentación frecuentes, tipo «aperitivos», en lugar de comidas regulares, pero más infrecuentes y más abundantes.
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Un círculo vicioso
Los investigadores han observado que las personas con sobrepeso que intentan adelgazar mediante dietas y siguiendo hábitos alimenticios más saludables a menudo recaen después de participar en programas o iniciativas de pérdida de peso.
Este patrón es un obstáculo principal cuando se trata de mantener comportamientos alimenticios saludables. Siguiendo los resultados de sus experimentos, Dierssen y Maldonado sugieren que la razón detrás de estas recaídas puede ser que los ambientes obesogénicos deterioran el control que las personas tienen sobre sus hábitos alimenticios.
Por lo tanto, pueden caer en un círculo vicioso en el que una elección no saludable conduce al siguiente, y así sucesivamente.
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La exposición a largo plazo a dietas hipercalóricas afecta la capacidad de controlar el comportamiento alimentar
«Nuestros resultados revelaron que la exposición a largo plazo a dietas hipercalóricas afecta la capacidad de controlar el comportamiento alimentario, lo que genera efectos negativos en los procesos cognitivos responsables de un control racional de la ingesta de alimentos», explica Maldonado.
Dierssen también señala que ciertas enfermedades metabólicas no son solo el resultado de factores biológicos, sino que también pueden ser causadas por comportamientos incontrolados, y es aquí donde los profesionales de la salud deben aprender a intervenir.
«La obesidad no es solo una enfermedad metabólica; es un problema de comportamiento», dice. Y agrega: «A las personas con sobrepeso u obesidad generalmente se les dice que coman menos y se muevan más, pero esto es demasiado simplista.
«Necesitamos analizar todo el proceso. Al comprender los comportamientos que conducen a la obesidad y al detectar los signos reveladores temprano, podríamos encontrar terapias o tratamientos que eviten que la gente tenga sobrepeso en primer lugar», dicen los investigadores.
«Es muy difícil perder peso con éxito, y muchas personas terminan atrapadas en un ciclo de dietas de yo-yo», enfatiza Dierssen.
«Estos estudios revelan los principales cambios conductuales y cognitivos promovidos por la ingesta de alimentos hipercalóricos; lo que podría ser crucial para el aumento de peso repetido y las dificultades para un control adecuado de la dieta», concluye Maldonado.
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