Sabemos que el ejercicio físico mejora la salud. Centenares de estudios científicos y la experiencia de millones de personas avalan esta afirmación. Pero todavía nos queda mucho por saber sobre esta relación. Un equipo internacional de científicos del Joslin Diabetes Center (Boston, Massachusetts, Estados Unidos) se propuso entender cómo el ejercicio estimula la grasa desde el punto de vista del metabolismo. De hecho, este equipo ha descubierto evidencia molecular de cómo el ejercicio beneficia el metabolismo y la salud a través de su efecto sobre la grasa. Encontraron que la grasa juega un papel activo en el proceso.
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Ejercicio y estimulación del tejido graso
Anteriormente, este equipo de investigadores fue el primero en demostrar que el ejercicio hace que el tejido graso libere moléculas que regulan el metabolismo. Ahora describen cómo identificaron una de estas moléculas e investigaron su actividad.
La molécula es una proteína llamada factor de crecimiento transformante beta 2 (TGF-beta 2). El estudio se refiere a sus efectos sobre el metabolismo de la glucosa y los ácidos grasos.
Los investigadores, usando ratones, demostraron que el ejercicio estimulaba las células grasas para liberar TGF-beta 2, lo que mejoraba la tolerancia a la glucosa. Además, el tratamiento de ratones sedentarios con TGF-beta 2 revirtió los efectos metabólicos perjudiciales de la alimentación alta en grasa.
Los hallazgos se publicaron en la revista Nature Metabolism en febrero de 2019.
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El ejercicio físico causa cambios importantes en la grasa
Se sabe que las células grasas secretan proteínas llamadas adipocinas. También se sabe que muchas adipocinas aumentan con la obesidad. Esto tiene efectos nocivos sobre el metabolismo y la salud. El TGF-beta 2 es diferente a la mayoría de las adipocinas que liberan las células grasas. Esto se debe a que tienden a aumentar con la obesidad y pueden dañar la salud y el metabolismo.
Explican los investigadores que su estudio identificó el factor de crecimiento transformante beta 2 (TGF-beta 2) como una adipocina liberada del tejido adiposo (grasa) en respuesta al ejercicio que en realidad mejora la tolerancia a la glucosa, en contraste con los efectos negativos de muchas adipocinas.
No solo el TGF-beta 2 estimulado por el ejercicio mejoró la tolerancia a la glucosa, sino que, además, el tratamiento de ratones obesos con TGF beta 2 redujo los niveles de lípidos en la sangre. Además, mejoró muchos otros aspectos del metabolismo.
Al investigar las adipocinas en humanos y ratones machos antes y después del ejercicio, los científicos vieron que los niveles de TGF-beta 2 aumentaron después del ejercicio. Una investigación posterior reveló que, tanto en los hombres como en los ratones, el ejercicio hizo que aumentaran los niveles de TGF-beta 2. Esto fue así no solo en el tejido adiposo sino también en la sangre.
Los investigadores también encontraron que el tratamiento de ratones con TGF-beta 2 desencadenaba directamente cambios metabólicos. Esto incluía niveles más altos de absorción de ácidos grasos y una mejor tolerancia a la glucosa.
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¿Se pueden revertir los efectos sobre el metabolismo de una dieta alta en grasas?
En la siguiente fase del estudio, los investigadores administraron TGF-beta 2 a ratones que se habían vuelto obesos al comer una dieta alta en grasas.
Los investigadores observaron que la proteína tenía un efecto similar a la del ejercicio, revirtiendo los efectos negativos que una dieta alta en grasas provoca sobre el metabolismo.
Finalmente, tras administrar TGF-beta 2 a ratones que habían desarrollado diabetes tipo 2 por comer una dieta alta en grasas, se observó que el efecto fue similar al del ejercicio. También se vio que llevó a una reversión del impacto metabólico negativo de la dieta.
Por otra parte, los investigadores encontraron que el ácido láctico también tiene un papel prominente en el proceso a través del cual el TGF-beta 2 inducido por el ejercicio afecta el metabolismo.
Los músculos liberan ácido láctico durante el ejercicio. El ácido luego viaja al tejido adiposo y estimula a las células adiposas para que secreten TGF-beta 2.
Según los investigadores, «esta investigación realmente revoluciona la forma en que pensamos sobre el ejercicio y los muchos efectos metabólicos del ejercicio». Y, lo que es más importante, añaden «la grasa en realidad juega un papel importante en la forma en que funciona el ejercicio».
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